El risotto con gouda y tomates secos es un plato reconfortante que combina la suavidad del queso con el intenso sabor de los tomates secos. Fácil de preparar, seguramente deleitará el paladar de toda la familia, incluso de los más golosos. Con algunos trucos, podrás lograr este plato cremoso y sabroso. Sigue nuestros consejos para un risotto perfecto en cada ocasión.
Ingredientes
Utensilios
Preparación
Paso 1
Pela y pica la cebolla en pequeños dados. En una olla de fondo grueso, calienta el aceite de oliva a fuego medio.
Paso 2
Agrega la cebolla picada y sofríela hasta que se vuelva translúcida. Incorpora el arroz arborio y remueve durante unos 2 minutos para que quede bien cubierto de aceite.
Paso 3
Vierte el vino blanco seco y deja que se evapore completamente, hasta que el arroz lo absorba por completo.
Paso 4
Agrega un cucharón de caldo caliente y remueve suavemente hasta que se absorba por completo. Repite la operación, cucharón por cucharón, removiendo con regularidad hasta que el arroz esté cocido pero aún al dente.
Paso 5
Mientras tanto, corta los tomates secos en trozos pequeños y ralla el gouda.
Paso 6
Una vez que el arroz esté cocido, incorpora los tomates secos y el gouda rallado. Mezcla delicadamente hasta que el queso se derrita y el risotto esté cremoso.
Paso 7
Salpimienta al gusto. Retira del fuego y agrega el parmesano rallado. Revuelve una última vez antes de servir.
Mi consejo de chef
Para un risotto aún más cremoso, añade una nuez de mantequilla al final de la cocción. Esto aportará una textura aún más suave a tu plato.
Maridaje de platos y vinos
Para acompañar este risotto, un vino blanco seco como un chardonnay o un sauvignon blanc será ideal. Estos vinos resaltarán la suavidad del gouda mientras equilibran los sabores de los tomates secos.
Información adicional
El risotto es originario del norte de Italia, una región donde se cultiva arroz desde hace siglos. Tradicionalmente, se prepara con un arroz de grano corto, que libera su almidón durante la cocción para obtener una textura cremosa.