Frente a la ansiedad, un descubrimiento reciente abre la puerta a un método simple y natural para calmar la mente ansiosa. Investigadores han demostrado que cultivar el asombro actúa directamente en el cerebro, reduciendo la rumia y la tensión psicológica.
El asombro, un antidoto natural para la ansiedad
El asombro, esa emoción que experimentamos ante un paisaje, una obra de arte o un simple detalle cotidiano, permite centrar la atención y disminuir la preocupación excesiva por uno mismo. Esta modulación de la conciencia, conocida como “small self” por los investigadores, facilita la reducción del estrés mental, ofreciendo un espacio para la curiosidad y la calma interior.
Una evidencia científica sólida
El estudio ha confirmado que el asombro disminuye la actividad de la “red de modo por defecto”, una zona del cerebro responsable de las rumiaciones. La imagenología cerebral muestra que contemplar la naturaleza, una obra de arte o incluso un gesto de bondad desvía la mente de los bucles mentales negativos hacia circuitos relacionados con la relajación y la creatividad.
Gestos simples para cultivar el asombro
La buena noticia es que no es necesario viajar ni practicar ejercicios complejos para maravillarse. Un paseo por un parque, contemplar un cielo estrellado o prestar atención a un sonido o gesto cotidiano pueden ser suficientes para desencadenar este estado beneficioso. Dedicar tiempo a desacelerar, caminar en plena conciencia o llevar un diario de asombro ayuda a reprogramar el cerebro para percibir el lado positivo.
Incorporar estos “micro-momentos” de asombro en la vida diaria representa un enfoque accesible y poderoso para disminuir de forma duradera la ansiedad, invitando a cada persona a adoptar una actitud de plena presencia y curiosidad hacia el mundo que la rodea.
