Después de leer esto, nunca más pondrás tu lápiz en la boca

Compartir -

Todos hemos experimentado ese pequeño gesto automático en momentos de reflexión: un bolígrafo entre los dientes, como si mordisquear su tapa pudiera provocar una idea brillante. Un acto banal, casi instintivo, especialmente en épocas de exámenes o en largas reuniones. Sin embargo, detrás de esta costumbre aparentemente inofensiva se esconden riesgos insospechados. Y con la llegada del ciclo escolar 2025-2026, es momento de desmitificar esta mala práctica.

El bolígrafo, un falso amigo cotidiano

Lo tienes siempre al alcance de la mano. En tu mochila, sobre tu escritorio, e incluso a veces encajado en tu cabello como un accesorio improvisado… el bolígrafo está por todas partes. Si es tu mejor aliado para plasmar tus ideas en papel, se convierte rápidamente en tu peor enemigo al entrar en contacto con tus labios.

Detrás de su apariencia inocente, el bolígrafo es, en realidad, un pequeño nido de bacterias. Con un simple mordisco, puedes ingerir sin saberlo una cantidad de gérmenes que preferirías evitar. Tu boca se convierte en la vía de entrada ideal para estos invasores microscópicos. Y como nunca conoces el pasado de un bolígrafo (¿habrá estado en una mesa de café? ¿habrá sido usado por un compañero resfriado?), el riesgo de compartir microbios y virus no es para nada despreciable.

Cuando la química entra en juego

Si los gérmenes no son suficientes para convencerte, hablemos un poco de “química”. La mayoría de los bolígrafos de plástico contienen una sustancia llamada bisfenol A (o BPA, como le dicen sus amigos). Este nombre te sonará familiar, ya que es un componente que ya se rastrea en botellas, envases de alimentos y algunos juguetes. Y por una buena razón: está clasificado como un disruptor endocrino.

Leer siguiente >>  Este hospital 100 % femenino podría cambiarlo todo para miles de pacientes

Esto significa que puede alterar tu sistema hormonal, con efectos en cadena sobre tu organismo. Trastornos nerviosos, irritaciones, debilidad muscular e incluso riesgos incrementados de ciertos tipos de cáncer son solo algunas de las consecuencias que los científicos asocian con la exposición repetida al bisfenol A.

¿Y lo peor de todo? El BPA se vuelve aún más tóxico al entrar en contacto con el calor. Adivina qué… tu boca es un auténtico refugio cálido y húmedo, el entorno perfecto para liberar sus efectos indeseados. Y más allá de los microbios y los productos químicos, mordisquear un bolígrafo de plástico rígido puede provocar pequeñas fisuras en el esmalte dental, e incluso romper un diente si se repite a menudo.

¿Por qué mordisqueamos nuestros bolígrafos?

En este punto, te estarás preguntando por qué, a pesar de estos riesgos, sigues mordisqueando tu bolígrafo azul favorito como si fuera un recuerdo nostálgico. La respuesta es simple: es una reacción de concentración y, a veces, de estrés. Tu cerebro busca una salida, un pequeño ritual para canalizar tus pensamientos.

El problema es que este ritual se vuelve tan adictivo como inconsciente. Ya ni te das cuenta de que llevas el bolígrafo a tus labios. Sin embargo, tu boca merece mucho más que un trozo de plástico dudoso como sustituto de chicle.

Alternativas mucho más divertidas (y seguras!)

No te preocupes, hay muchas maneras de mantener tus manos y dientes ocupados sin arriesgar tu salud. Aquí algunas ideas:

  • Chicles sin azúcar: perfectos para aliviar el estrés y refrescar el aliento.
  • Bolas antiestrés: solo un poco de presión y tus tensiones desaparecen.
  • Fidgets (cubos, spinners, anillos): ideales para mantener tus dedos activos durante tus momentos de reflexión más intensos.
  • Snacks saludables: bastones de zanahoria o pepino, por ejemplo, mucho más sabrosos y considerablemente menos riesgosos.
Leer siguiente >>  Este pequeño ejercicio mental invertiría la ansiedad en menos de 2 minutos

Puedes incluso convertir esto en un desafío personal al inicio del ciclo escolar: reemplazar cada “mordisco de bolígrafo” por una acción más positiva. Una forma divertida de deshacerte de este hábito sin frustración.

La vuelta al cole, el momento ideal para cambiar

Cada nuevo ciclo escolar es una oportunidad para adquirir nuevos hábitos. Entonces, ¿por qué no aprovechar este período para despedirte de una vez por todas del mordisqueo de bolígrafos? Ganarás en higiene, salud y confianza. Al fin y al cabo, tus bolígrafos están hechos para escribir tus mejores ideas, no para convertirse en substitutos de chicle.

En resumen, la próxima vez que sientas la tentación de morder la punta de un bolígrafo, recuerda que puedes estar ingiriendo mucho más que tus pensamientos. Germenes, sustancias tóxicas, peligros para tus dientes… nada de esto vale la pena. En esta nueva etapa, regálate este pequeño favor: libera tus bolígrafos y, sobre todo, ¡libera tu sonrisa!



Compartir -
Scroll to Top