Aquí está la razón por la cual los médicos desaconsejan formalmente este reflejo en el baño

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En los últimos años, numerosos estudios han comenzado a alertar sobre las consecuencias inesperadas del uso prolongado del teléfono móvil en el baño. Aunque este gesto parezca trivial, puede tener un impacto significativo en nuestro cuerpo y salud.

Riesgo acrecido de hemorroides y trastornos venosos

El uso del smartphone en el baño prolonga el tiempo de permanencia sentado, generando una presión excesiva en la región anal. Un estudio del Beth Israel Deaconess Medical Center (Boston) publicado en 2025 revela que quienes consultan su teléfono suelen pasar más de 5 minutos en la taza del inodoro, aumentando así en un 46% su riesgo de desarrollar hemorroides. No es el esfuerzo físico lo que agrava estos problemas, sino la duración y la postura estática.

Un entorno propicio para la proliferación bacteriana

El smartphone, que contiene hasta 7 veces más bacterias que un asiento de inodoro, se convierte en un vector de transmisión de gérmenes (E. coli, gripe, entre otros) a través del contacto indirecto. El uso del teléfono en el baño multiplica los riesgos de infección, especialmente si no se respetan rigurosamente las normas de higiene de manos.

Consejos prácticos para limitar los riesgos

Los médicos recomiendan no exceder los 10 minutos en el baño y evitar llevar el smartphone. Para prevenir las hemorroides, se sugiere adoptar una postura adecuada, aumentar la ingesta de fibra en la dieta y no dejar que la distracción prevalezca sobre la percepción corporal, un aspecto esencial para la evacuación natural.

En resumen, este hábito aparentemente inofensivo tiene consecuencias importantes para la higiene y la salud: limitar el tiempo y omitir el uso del smartphone en el baño contribuye a mantener nuestro bienestar y a prevenir problemas proctológicos.

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