Acompañar a una persona que ha vivido un trauma es una tarea delicada que requiere prudencia y empatía. Algunas frases, aunque frecuentemente pronunciadas sin malas intenciones, pueden minimizar el dolor y reactivar recuerdos difíciles.
Las frases a evitar absolutamente
Hablar con un ser querido traumatizado demanda sensibilidad. Evita expresiones que minimicen el trauma o que presionen a la persona para que “pase página”:
- «Fue hace tanto tiempo, ¿por qué sigues aferrándote a eso?»
- «Debes perdonar para poder sanar.»
- «Tienes que aprender a amarte antes de esperar mejorar.»
- «Todo pasa por alguna razón.»
- «Las dificultades son las que te hacen avanzar.»
- «Podría haber sido peor, agradece tu suerte.»
Estas frases pueden provocar culpa, enojo o aislamiento, ya que ocultan la realidad vivida y no ofrecen el espacio necesario para la reconstrucción.
Preferir la escucha y el respeto del silencio
Frente a una persona traumatizada, lo más importante a menudo es permitir que exprese sus sentimientos sin intentar resolver o aconsejar de inmediato. El silencio, aunque a veces incómodo, brinda a la persona el tiempo para procesar sus emociones. Ofrecer una presencia atenta y sin juicio crea un clima de confianza propicio para la recuperación.
Frases que sostienen y validan
Para ofrecer un apoyo eficaz, opta por expresiones que reconozcan la dificultad, que muestren tu disposición y respeten la experiencia vivida:
- «Estoy aquí para escucharte si necesitas hablar.»
- «Cuentas conmigo.»
- «¿Cómo puedo ayudarte?»
- «Esta experiencia ha dejado huellas, sin duda.»
- «Gracias por confiar en mí.»
Estas palabras ayudan a validar el sufrimiento, fortalecen el vínculo y fomentan el camino hacia la sanación.
En resumen, acompañar a alguien que ha atravesado un trauma requiere paciencia, humildad y una atención genuina hacia las palabras que calman en lugar de herir.