Una decisión rara: lo que estos colegiales han aceptado hacer sorprende a todos

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El proyecto “Cero redes” lanzado en un colegio de Champeix (Puy-de-Dôme) tiene como objetivo hacer reflexionar a los jóvenes sobre los riesgos y desviaciones asociados a TikTok, Snapchat e Instagram, que son fuentes de conflictos y acoso escolar. En lugar de forzarlos, el equipo educativo ha apostado por la concertación y el acompañamiento: debates, encuentros con las familias y talleres de sensibilización han permitido a los estudiantes comprender los peligros de las redes sociales.

Un reto colectivo, y no una obligación

Para sorpresa de todos, el 90% de los alumnos de sexto grado aceptaron, desde el comienzo del año, eliminar todas sus cuentas de redes sociales de sus teléfonos. Esta iniciativa, liderada por el CPE Olivier Rogeaux, se ha basado en la presión positiva del grupo: la no utilización de redes ahora es valorada en todas las clases, mientras que la ilegalidad se elude a menudo mediante engaños o la modificación de la fecha de nacimiento en las plataformas.

El apoyo de las familias y un impacto concreto

Los padres han sido estrechamente involucrados en el proyecto, y la dinámica colectiva ha cambiado las normas: ahora, los estudiantes conectados en este colegio son la minoría y aquellos que no participan en redes sociales ya no se sienten aislados. El diálogo entre padres e hijos se ha fortalecido, y el clima escolar ha mejorado considerablemente, según el personal docente.

¿Una referencia nacional a seguir?

Este éxito en Puy-de-Dôme se produce en un momento en que la “pausa digital” está a punto de ser generalizada en todos los colegios a partir del año escolar 2025. La apuesta por la inteligencia colectiva parece ser mucho más efectiva que la prohibición total, y la escuela de Champeix podría convertirse en un modelo nacional para una educación digital responsable.

Leer siguiente >>  Lo hacen, sin embargo, estas actitudes son consideradas una falta de respeto.

En definitiva, este caso demuestra que, ante los peligros del mundo digital, los adolescentes pueden mostrar responsabilidad y solidaridad, comprobando que es posible proteger su bienestar mientras se convierten en protagonistas de sus propias decisiones.



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