Según encuesta un 63% de los fumadores ha considerado dejar el cigarro por ley antitabaco

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La Dirección Nacional de Estudios de la Universidad San Sebastián realizó una encuesta para analizar la efectividad de la normativa en las personas fumadoras luego del primer mes de funcionamiento, demostrando un impacto positivo de la nueva ley que restringe las condiciones para el consumo de tabaco.

De acuerdo a la muestra, casi la mitad de los encuestados (47%) que se reconocen fumadores, manifiesta que producto de las nuevas condiciones impuestas ha disminuido su consumo de tabaco.

«Éste es un cambio notable que va en la dirección de los objetivos que busca esta política pública. Coincide con los principios postulados por los teóricos de la psicología de orientación conductual, en relación a que en la medida que se aumenten las sanciones (castigos) o disminuyan los refuerzos frente a la ejecución de una conducta aprendida, esta tenderá a una disminución en su frecuencia de aparición, pudiendo incluso llegar a la supresión de esa conducta», afirma el Decano de la Facultad Psicología de la Universidad San Sebastián, Claudio Orellana.

Además, el análisis arroja que un 63% de la población fumadora reconoce que ha considerado la opción de dejar de fumar. En ese sentido, y tomando tanto los postulados de la teoría psicológica como los resultados expresados en el estudio, Orellana indica que «no es descartable que de mantenerse esta ley, el porcentaje de población fumadora disminuya de forma significativa en los próximos años».

Otro dato interesante de destacar es que un 61% de la población que se declara fumadora, tiene una buena percepción y evaluación de la ley. Al respecto, el Decano concluye que «por una parte, podemos interpretar que existe conciencia y/o conocimiento de que el tabaco efectivamente produce daño a la salud, y que más allá del gusto, interés o eventual adicción, las personas ven positivamente la implementación de políticas públicas destinadas al cuidado de la salud».

Por otra parte, estima que tanto el componente cognitivo –entendido como el conocimiento de los daños que produce el tabaco– como el componente afectivo vinculado a esta actitud –disposición positiva frente a una normativa restrictiva frente a fumar– están en la misma dirección, y potencian que el tercer componente de la actitud, que corresponde a la ejecución de una conducta en forma abierta, hagan probable una disminución de la conducta de fumar.

«A la luz de los datos, podemos afirmar que en la población habría una actitud negativa hacia el fumar, corroborando la efectividad de la política pública implementada», comenta el psicólogo.

Otro elemento a considerar, es que mayoritariamente la población fumadora dice respetar los espacios de no fumadores (98%) y que ejecuta dicha conducta sólo en lugares permitidos (83%).

Esto demuestra que se estaría desarrollando en la población una «sana» cultura cívica de respeto por las leyes, más allá del grado en que éstas afecten los intereses personales, en la medida en que sean bien explicadas y los beneficios sean reconocidos por la sociedad. De acuerdo al Decano de Psicología USS, también se puede entender que «la conducta de fumar está migrando a ser una acción «socialmente no deseada» y por lo tanto, independientemente de las libertados individuales de ejercerla, se reconoce el sentido de bien común.

La Dirección Nacional de estudios de la Universidad San Sebastián realizó la encuesta a un universo total de 538 personas, distribuidos uniformemente a nivel nacional.