El gran ojo pintado por Manuel Maldonado Barría, Manoly, en la pared del fondo de la parroquia San Pedro de Angelmó, fue testigo de la partida de quien con su pincel lo creó. Hoy Manoly dijo adiós a la vida en la tierra con una concurrida misa que comenzó a las 14 horas, tras lo cual el cortejo fúnebre se dirigió hasta Angelmó, lugar difundido por el artista en sus obras que recorren el mundo, recibiendo un merecido homenaje.
El viaje final del artista lo llevó hasta el Cementerio General de Puerto Montt, en donde Alejandro Bernales Maldonado, nieto de Manoly y actual Director Regional de Cultura, agradeció todas las muestras de cariño y preocupación recordando que su abuelo le decía «mi primera exposición fue en Valdivia, la última será en Valdivia» y precisamente esas palabras se cumplieron porque este lunes recién pasado se inauguró la exposición de Manoly que se exhibe hasta el 12 de agosto en la Corporación Cultural Municipal de Valdivia.
Día nublado, frío, consternación y silencio, silencio que sólo fue interrumpido por el ruido de las palas recogiendo tierra y depositándola sobre el ataúd del gran Manoly, minutos después la tierra fue cubierta por una gruesa capa con coronas de flores y pétalos, dando el último adiós a quien se va pero que deja una herencia cultural valiosa para el resto de los días.
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