Se acaba de inaugurar en la Sala de Arte Diego Rivera la exposición de obras del eximio fotógrafo Lincoyán Parada, “El Mapuche con Buenos Ojos” una fabulosa colección de tomas dentro del entorno de esta etnia originaria, que estará a disposición del público hasta el día 3 de julio próximo.
El antropólogo Rolf Foerster comentó: “Fotografiar a los caciques ha sido una de las tareas que Lincoyan Parada se impuso. Al recorrer los territorios indígenas comprendió que ellos son parte sustancial de la realidad mapuche-huilliche.”
“También supo del tipo de relaciones que los huilliches mantienen con el Estado y sus autoridades. Pero ¿Cómo fotografiar a los caciques? ¿Qué dimensión destacar de sus vidas como dirigentes? Su opción fue el retrato individual y que cada cacique o lonco luciera sus símbolos propios. Los vemos con su bastón de mando, con el milenario poncho mapuche, urdido y tejido por manos de mujer indígena y también con el cintillo de lana rodeando su cabeza.”
“Estos retratos de caciques dejan en evidencia que aún siendo pobres , marginales y carentes de poder, encarnan las tres dimensiones de sus sueños, de su utopía esencial: ser reconocidos como pueblo, que sus derechos territoriales les sean restituidosy que ellos asumas la más legítima autoridad de sus comunidades.”
“Estas fotografías perturban a todos quienes niegan tales investiduras – que han existido por siglos – y quienes quieren sofocar la utopía que ellas simbolizan. Por esta razón esta exhibición, su puesta en escena, es importante, ya que estas imágines dejan en evidencia que nuestra comprensión de los huilliches es incompleta, precaria y a veces ciega.”
El poeta Elicura Chihuailaf Nahuelpan afirmó que “La fotografía es, antes que nada, una manera de mirar. No es la mirada misma. Las fotografías de Lincoyán Parada representan la conclusión de una larga trayectoria de búsqueda, la conformidad, la alegría. En cada una de estas fotografías hay horas, días, semanas y meses de acercamiento a la confianza. Muchas representan las labores cotidianas: acarrear el agua, cortar la leña, hacer el pan, preparar el terreno para las siembras, amamantar, conversar, cantar,etc.”
Son muchas las fotografías realmente impresionantes que el público puede admirar en las salas del primer y segundo piso de la Casa de Arte Diego Rivera. Todas hermosas y cada una llevando un mensaje. Una de las que destacan lleva por título “Colación” que muestra un niño mapuche abrazado a un saco sobre el que se encuentra un plato de comida que se sirve entusiasmado. Otra toma impresionante muestra un grupo de mapuches en una playa frente a un roquerío con mar brava y en primer plano un par de botes y en la proa de uno de ellos un cordero amarrado.
Conversamos con Lincoyán Parada, quien nos habló de su trabajo: “Son más de 14 años recorriendo el territorio mapuche, captando imágenes de este pueblo originario, su vida y sus costumbres.”
“Muchas veces vi llegar a las comunidades indígenas grupos de fotógrafos con equipos fabulosos, en enormes vehículos 4 x 4 a quienes muchas veces los habitantes no les permitían fotografiar su intimidad. Yo, en cambio, llegaba en una micro rural donde durante el viaje entablaba conversación con otros pasajeros. Una vez, en el alto Bío Bío, un pasajero de la micro me preguntó dónde iba. Yo le respondí que iba a hablar con un cacique para fotografiar la comunidad. El indígena me dijo “es muy tarde. ¿Dónde se va a alojar?” “No sé, le respondí.” “Entonces se queda en mi casa,” fue la cordial invitación de mi interlocutor.”
“Esto ocurrió siempre que visité las comunidades indígenas de mi país. Los mapuches me trataban de “paisano”, considerándome uno de ellos y concientes de que mi afán era dar a conocer su realidad, su manera de vivir.”
“Las poblaciones mapuches nacieron y vivieron en los bordes de los ríos. El gran río Bío Bío fue el centro de la cultura mapuche desde su origen. En torno a sus cientos de afluentes se agrupaban las familias. Se producía el equilibrio entre dos mundos balanceados, el río de arriba y el río de abajo. Cuando crecían los caudales – producto de las lluvias invernales – los mapuches subían a los cerros para estar a salvo.”
“Todas estas vivencias y costumbres las fotografié para poder mostrar al mundo la realidad de este pueblo originario, la Gente de la Tierra, un pueblo unido, amistoso y trabajador,” explicó Lincoyán Parada.
A la inauguración de la muestra fotográfica concurrió el Director Regional de Cultura, y gran cantidad de amantes del arte, evento que contó con la presencia de muchos medios de comunicación. La directora de Cultura de la Municipalidad de Puerto Montt, Moyra Holzapfel, dio la bienvenida a los presentes, e hizo una reseña de la obra de Lincoyán Parada.
“Estas hermosas fotografías son un reflejo del arduo y paciente trabajo de Lincoyán Parada por más de una década de paciente investigación.”
“Como centro cultural nos enorgullece poder acontecer como un espacio de reflexión contingente en el que se otorga un reconocimiento a la cultura de un pueblo originario a través de una exposición tan hermosa y premiada con un Altazor, como lo es ‘El Mapuche con Buenos Ojos’. Es por ello que les damos las gracias a Lincoyán Parada por la profundidad lograda en su trabajo y al Fondart por ayudarnos a enriquecer a nuestra comuna durante junio, mes que ha sido significativo para el pueblo mapuche tanto en su historia como en la coyuntura de la lucha por sus derechos”, señaló Moyra Holzapfel.