Hace un año y tres meses, la isla Juan Fernández conoció la furia de la naturaleza cuando el maremoto azotó sus costas. Entre los principales afectados estuvieron los comerciantes del lugar, quienes perdieron prácticamente el 80% de su infraestructura. No obstante, hoy el panorama es distinto.
En febrero pasado se embarcaron los módulos encargados de reactivar las actividades comerciales y productivas del archipiélago, de la mano del Programa de Apoyo a la Inversión en Construcciones Modulares en el Borde Costero, desarrollado y ejecutado por SERCOTEC del Gobierno de Chile, en conjunto con la fundación Desafío Levantemos Chile y aportes de la minera Collahuasi.
Se trata de hosterías, almacenes, restaurantes y un pabellón de exposiciones para artesanos, propiedad de 19 microempresarios, que el 27 de febrero de 2010 se encontraban con sus negocios formalizados y que ahora, antes de septiembre de 2011, tendrán su infraestructura completamente operativa.
De hecho, el próximo 30 de junio José Luis Uriarte, gerente general de SERCOTEC y Felipe Cubillos, fundador de Desafío Levantemos Chile, estarán inaugurando los primeros módulos que ya funcionan en la isla.
Proyección de crecimiento
Los locales fueron ideados con estructuras originales, pero que respetan la identidad de la zona. A la fecha, 11 son los negocios que ya están con las obras de reconstrucción en plena ejecución e incluso, algunos ya están terminados. Esto se suma a una primera iniciativa desarrollada durante 2010, en la que 21 micro y pequeños empresarios resultaron beneficiados con un programa de apoyo para invertir en activos fijos.
José Luis Uriarte, gerente general de SERCOTEC, explica que “nuestra institución tiene como tarea fundamental el apoyo a los micro y pequeños empresarios, por eso hemos implementado este programa que permitirá que los afectados por el maremoto no sólo recuperen sus espacios para trabajar, sino que lo hagan con proyección de crecimiento, buscando mejorar su productividad y también su competitividad”.
Volver a empezar
Raquel Tapia, es una de las microempresarias que se repuso del embate de la naturaleza y con el apoyo del Gobierno de Chile y SERCOTEC, puso su minimarket nuevamente de pie. “Iba a pedir un préstamo porque lo perdí todo, pero eso ya quedó atrás. Cuando supe de este programa me inscribí de inmediato. Ha sido todo bien positivo, porque además de levantar el módulo, que ya está casi terminado, pude implementarlo”, explica.
Otro que se encuentra en plena faena de reconstrucción es Alfredo Angulo, quien trabaja en las obras de su restaurante Brújula. “Nunca imaginé que recibiría esta ayuda de una institución como SERCOTEC. Los paneles que nos trajeron los acarreamos y contraté gente que me ayudó a levantarlos, techarlos y ahora estamos en proceso de terminar las instalaciones sanitarias y de embellecer el entorno, calculando volver a abrir el hotel restaurante de aquí a fin de año”, cuenta entusiasmado.
Ahora, su restaurante aguarda por detalles de construcción y una adecuada implementación, que le permita a Alfredo y su familia recibir nuevamente a los huéspedes que lleguen al archipiélago a disfrutar de sus bondades, dejando atrás el amargo recuerdo de la destrucción, gracias al trabajo y los esfuerzos de los empresarios que como él, entendieron que el valor estaba en volver a comenzar.