La navidad de Fray Domingo en su Iglesia de Piedra Azul

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Su dimisión de la Iglesia Católica fue decretada en el 2007, pero Fray Domingo Faúndez siguió adelante y creó su propia religión: La Iglesia de «Santa María al Pie de la Cruz»

Iglesia Apostólica Ecuménica «Santa María al Pie de la Cruz», ese largo nombre reposa en la mitad de dos travesaños rústicos que rodean la entrada a la parroquia de Fray Domingo Faúndez, conocido mediáticamente como «el cura rebelde» luego de que el 7 de julio de 2007 el Papa Benedicto XVI dictaminó su expulsión de la Iglesia Católica y de la Orden Siervos de María, por comportamientos que calificaron de «graves».

El decreto Pontificio declaró en su oportunidad que Fray Domingo «pierde los derechos propios del estado clerical y queda excluido del ejercicio del sagrado ministerio. No puede celebrar la Santa Misa, ni bautizar, ni confesar, ni administrar la Santa Unción a los enfermos. Si llegara a celebrar matrimonios, éstos serán inválidos. Tampoco le está permitido pronunciar la homilía, ni desarrollar funciones directivas en el ámbito pastoral, ni ejercer oficios eclesiásticos; tampoco usar el hábito eclesiástico. Excepcionalmente, por caridad, en caso de extrema necesidad (peligro de muerte, grave accidente) puede absolver válidamente a algún penitente. Tampoco puede ejercer oficios directivos o enseñar la religión en los institutos de estudio de grado superior o inferior, dependientes o no de la Autoridad eclesiástica».

Lejos de dedicarse a otras labores, Domingo Dagoberto Faúndez MIllar, decidió radicarse a orillas del mar, en el sector de Piedra Azul, cerca de Puerto Montt, donde gracias a la ayuda de los mismos vecinos que lo conocían y que siempre depositaron su fe en la persona más que en una religión determinada, construyó una parroquia, su casa y una nueva religión.

En lo alto de un cerro se aprecia la construcción hecha a pulso con materiales donados y en donde recibe a la hora que sea a los feligreses, miembros de la Iglesia «Santa María al Pie de la Cruz» y a quienes sólo quieren conversar un momento. Muchos amigos que lo visitan llegan «golpeando la puerta con los pies» o sea con algo para tomar once o almorzar, Fray Domingo vive con lo mínimo y vive feliz.

Hoy «el cura rebelde» se dedicó a alegrar la tarde a los niños de Piedra Azul y Coihuín, no como Viejo Pascuero – que califica como un símbolo comercial – sino que apostando por reivindicar el significado de la navidad vinculando la fecha al nacimiento de Jesús. Regalos no faltaron luego de una homilía celebrada en su parroquia a las 16 horas, repartió los juguetes recolectados, donados por personas anónimas.

Domingo Faúndez demuestra que independientemente del nombre que reciba el culto al cual se esté ligado, siempre la fe en alguien superior unirá los corazones.

Por: Mauricio Sáez E.
Foto gentileza de Jimmymans