Esta Semana Santa pone al tapete una vez más el discutido tema dentro de la Iglesia Católica sobre la conveniencia de mantener el celibato sacerdotal debido a las repercusiones de los casos aparecidos en la prensa a nivel mundial sobre abusos de menores, pero ¿cuál es el verdadero origen de esta condición religiosa?
Una mala interpretación
Jesús nunca alaba el celibato, más bien continúa lo expresado en el Antiguo Testamento por la ley proclamada en el Levitico de tomar el sacerdote a una virgen por mujer ( lev 21, 13-15) cuyo cumplimiento íntegro fue ratificado por este predicador. La frase tan manoseada para justificar el celibato que dice Jesús “hay eunucos que a sí mismos se han hecho tales por amor del reino del cielo» ( mt, 19, 12) debe verse en el contexto del mismo que es una respuesta que le entrega este hombre de fe a unos fariseos que le han preguntado sobre el divorcio y lo hace afirmando la indisolubilidad del matrimonio como meta a conseguir pero nunca como ley impuesta ( mt, 19, 8-9).
Es más, uno de los padres de la Iglesia, San Pablo, en la epístola a Tito afirma en el apartado titulado “condiciones de los obispos” la siguiente instrucción:
“ Te dejé en Creta para que acabases de ordenar lo que faltaba y constituyeses por las ciudades presbíteros en la forma que te ordené. Que sean irreprochables, maridos de una sola mujer, cuyos hijos sean irreprochables, maridos de una sola mujer, cuyos hijos sean fieles, que no estén tachados de liviandad o desobediencia. Porque es preciso que el obispo sea inculpable, como administrador de Dios; no soberbio, ni iracundo, ni dado al vino, ni pendenciero, ni codicioso de torpes ganancias…” ( tit 1, 5-7).
La fidelidad a una sola mujer está lejos de hablar del celibato como quiere hacer ver la Iglesia Católica actual.
Todo por la herencia
Pero la aparición del celibato está lejos de proceder de una supuesta inspiración divina. Recién en el siglo IV esta aparece como norma de la iglesia en el concilio de Elvira, ciudad cercana a Granada en España, realizado en una fecha entre el año 300 y el 324. En el canon 33 de esa reunión se exigía a los nuevos sacerdotes el celibato, no a los que ya estaban casados. Esto respondía a la necesidad de fortalecer la institución naciente de la iglesia que salía de años de persecuciones y debilidad en la observancia de la disciplina eclesiástica, para centrarse en el trabajo con la comunidad.
Lentamente se fue imponiendo el celibato sacerdotal en las diócesis que practicaban el rito latino. Esto solucionaba un problema vital para la operación de la Iglesia Católica: el problema de las herencias de los clérigos. Algunos sacerdotes heredaban a su familias propiedades que no eran personales sino de la iglesia, se insistió en el celibato para que bienes de esta institución religiosa pasaran a particulares, quedando el celibato vinculado a la prohibición de los sacerdotes de heredar a sus hijos propiedades de la Iglesia.
En el concilio I de Letran de 1123, el Papa Calixto II no sólo condenó la vida en pareja de los sacerdotes, sino avaló el primer decreto explícito obligando el celibato. Todo esto quedaba en esos tiempos de la Edad Media en meras palabras escritas que no se cumplían. Incluso era habitual que los clérigos tuvieran concubinas, llegando los obispos a instaurar la llamada “renta de putas” que era una cantidad de dinero que cada sacerdote pagaba a su obispo cada vez que transgredía el celibato.
Curiosamente fue un Papa de vida disoluta, autoritario y con varios hijos naturales, de nombre Paulo III, que en el concilio de Trento ( 1545-1563) implantó definitivamente el celibato sacerdotal en la iglesia como una respuesta a la reforma protestante que permitía y promovía el matrimonio de los sacerdotes.
En la actualidad el debate está abierto en la Iglesia Católica referido a la continuidad del celibato sacerdotal, se avizoran en los próximos años inevitables vientos de cambio en esta institución que es evidente tendrá que repensar su rol al entrar en el siglo XXI como tantas veces lo ha hecho en el pasado.
Por: Wladimir Soto Cárcamo, Antropólogo.
Bibliografía
Rodríguez, Pepe, Mentiras Fundamentales de la iglesia católica.
Sack, Juan carlos “Evolución histórica del celibato sacerdotal” articulo en línea en http://es.catholic.net/
E. Miret, Magdalena, La azarosa historia del celibato clerical, diario el pais España 26 de marzo del 2002.
Historia del Celibato en la Iglesia Católica, en futurechurch, articulo en línea http://www.futurechurch.org/