Desde hace varios días el concierto de inauguración de la temporada 2015 de las Semanas Musicales de Frutillar se encontraba agotado, y es que el público reconoce el alto nivel alcanzado por la Banda Sinfónica de la Fuerza Aérea de Chile (FACh), que cada año tiene a su cargo la misión de abrir el festival que por diez días inunda de música el sur del país.
De este modo, con un Espacio Tronador-Sala Nestlé a capacidad completa se dio el vamos oficial a la cuadragésimo séptima versión del evento lacustre.
La cita comenzó con las palabras de la presidenta de la Corporación Cultural Semanas Musicales de Frutillar, Flora Inostroza, quien agradeció la presencia y apoyo constante del público. “Estamos cumpliendo 47 años de vida, muchos de los cuales estamos seguros los han vivido ustedes acompañándonos amigablemente. Gracias por ello y nuestra gratitud a cada uno de los presentes y a todos quienes aportan su grano de arena a la causa de la música. Y gracias y buena ventura a la familia musical chilena y extranjera, que entrega los sonidos de paz y buena voluntad que el mundo entero precisa oír en estos tiempos”, dijo en su discurso.
Por su parte, el comandante en jefe de la Fuerza Aérea de Chile, general del aire Jorge Robles, destacó el compromiso que como institución tienen con el evento. “Las Semanas Musicales de Frutillar siguen siendo un gran compromiso para nosotros, ya que hemos participado desde sus inicios y lo continuaremos haciendo. Además nos hacemos presentes en esta región, que ha contribuido al desarrollo de la Fuerza Aérea desde que fue creada en 1930. Estamos a tres años del cincuentenario de esta actividad, lo que nos compromete aún más a seguir trabajando con ellos para poder demostrar cómo la FACh está presente en esta zona, que se une en una de las grandes tareas que tiene nuestra institución, de integrar y cohesionar esta linda tierra”, manifestó.
En su presentación, la Banda Sinfónica interpretó las obras Obertura Egmont, Op. 84 de Beethoven; Dark Shadows, de Bob Cobert; y Rhapsody in Blue, de George Gershwin, donde la pianista nacional Marcela Lillo acompañó como solista, siendo ovacionada por el público. En tanto, la segunda parte contó con la obra de Antonin Dvorak, Sinfonía N°9 en mi menor, Op.95 del “Nuevo Mundo”.