El 8 de enero a las 10 de la mañana, en Puerto Varas la asesora del hogar encontró flotando boca abajo en una piscina montable a Max, un niño de 1 año y 5 meses de edad. Ignacia Jarpa, la mamá de Max, recibió la llamada de su nana avisándole del accidente.
“Ahí llegaron las nanas de la casa vecina, lo sacaron junto con mi nana y el jardinero del condominio y le hicieron algunas técnicas de reanimación sin mucha esperanza y luego no le encontraron nunca el pulso, era una ‘masita azul’ cuando salió”, relató el abogado Alejandro González del Riego, papá de Max.
De acuerdo a lo comentado a Canal 13, quince minutos después el niño estaba internado en Puerto Montt, llegó sin pulso a la clínica y se le administraron seis dosis de adrenalina para sacarlo del paro cardiorespiratorio que se extendió por 20 minutos. Horas más tarde llegó vía aérea hasta la Clínica Alemana en Santiago, siendo sometido a coma inducido y, pese a que las probabilidades de quedar con daño neurológico severo eran de un 95%, sus padres nunca bajaron los brazos.
Usaron las redes sociales para iniciar cadenas de oración e incluso los futbolistas Álexis Sánchez, Arturo Vidal y Mauricio Pinilla apoyaron a Max a través de Twitter a través del hashtag #VamosXMax. Cuando todo ello pasaba Max repentinamente despertó saludando a sus papás.
El doctor Jorge Roque, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica Alemana de Santiago, expresó que “esto es inusual, absolutamente inesperado, por la historia, los elementos y la evidencia médica que tenemos no esperábamos este resultado que podría llamarse milagroso”.
Hoy Max fue dado de alta y regresará a casa, sin secuelas aunque tendrá un tratamiento de rehabilitación, seguirá recibiendo el amor de su familia y de todos quienes con sus buenos deseos pidieron por su recuperación.