Desde hace casi una década nos hemos visto invadidos por un sin número de proyectos inmobiliarios, los que a través de los años han alterado la tranquila y sustentable zona lacustre.
No obstante, esta alteración del panorama a través del tiempo, ha traído buenos dividendos en varios aspectos tanto para los empresarios del rubro turístico e inmobiliario como para la comunidad en general. La oferta turística sigue creciendo y se ha ido transformando en un polo de atracción de nivel internacional. Lo anterior se debe principalmente a la oferta de servicios para visitantes 5 estrellas.
Por otra parte, Puerto Varas, que poco a poco se fue consolidando como Capital Turística del Sur de Chile, también ha ido consolidando su sustentabilidad económica lo que ha ido otorgando a grandes rasgos, una calidad de vida inigualable para una comunidad que supera los 30 mil habitantes.
Dentro de la gama de buenas condiciones de vida se encuentra el hecho que un parque perteneciente a la comuna de Puerto Varas como el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales se encuentre dentro de “La reserva de biosfera Andino Nor – Patagonia”, acuerdo suscrito entre Chile y Argentina; bajo la supervisión de UNESCO en el marco del programa sobre “El hombre y la biosfera (MAB)”, nos hace pensar que nuestra calidad de vida están aseguradas.
A pesar de esto, el afán de crecimiento muchas veces supera nuestros derechos a vivir tranquilamente, con una cantidad de habitantes que sea acorde al proyecto establecido hace ya bastantes años, con aprobación de toda la comunidad.
Es por esto último, que el pretender modificar el plano regulador para incluir el sector Sta. Inés – rivera del río Maullín, haciendo crecer la ciudad por sobre los 50 mil habitantes, resulta por decirlo menos curioso. Más aún, sin siquiera existir un estudio de impacto ambiental.
Frente a esto no sorprendió en lo absoluto el rechazo por unanimidad por parte de la COREMA al proyecto de modificación del plano regulador de Pto. Varas, por solicitud de Inmobiliaria Santa Inés, que fue aprobada en el acuerdo Nº 511 por el alcalde y concejales que participaron de aquella sesión, en donde se pretendía “dar inicio al proceso de Modificación Seccional al Plan Regulador Comunal de Puerto Varas con el objeto de incorporar un área actualmente rural al cuerpo normativo vigente, dentro de los parámetros y lineamientos de desarrollo de la ciudad, en común acuerdo con los requerimientos técnicos que demande la Planificación Comunal y los procedimientos establecidos en la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones, localizado en el sector poniente de la Ruta 5 y su prolongación de acceso sur a la rivera del Río Maullín y que comprende una superficie de 400 hectáreas”.
Actores claves
Si bien es cierto que el rechazo por unanimidad a la modificación del plano regulador de Pto. Varas la realizó la COREMA, jugó un rol fundamental la presentación del Colegio de Arquitectos frente al organismo oficial en la negativa para aprobar dicha modificación.
En este sentido, Raúl Palma Larrea, Presidente del Colegio de Arquitectos de Chile, delegación Llanquihue, señaló a nuestro medio que “como Colegio de Arquitectos celebramos que los integrantes de la COREMA hayan puesto una visión crítica e integradora del proyecto, que permitió con un análisis objetivo de él, visualizar que era absolutamente necesario hacer un estudio de impacto ambiental a consecuencia que la propuesta consideraba hacer crecer la ciudad al doble”.
Por otra parte, la Corporación de Turismo de Puerto Varas, presidida por la Sra. Mónica Carrasco señaló que: “en el fondo es una satisfacción, que por unanimidad fue rechazado el proyecto, en el sentido que se necesita un estudio de impacto ambiental y creo que es fundamental para los crecimientos de los planos reguladores, sobre todo de ciudades turísticas. La Corporación fue al consejo regional con el propósito de demostrar la visión turística a largo plazo y sustentable. Nosotros estamos para hacer una visión turística sustentable, ese es el propósito de la Corporación y sobre todo con la cantidad de inversión que hay localmente en Puerto Varas”.
Sin embargo, no sólo para la Corporación de Turismo de Puerto Varas y el Colegio de Arquitectos fueron buenas noticias el rechazo al proyecto que se empezaría a ejecutar, también algunos concejales respondieron con satisfacción a la medida.
Para el ex alcalde, actual concejal, Dr. Eduardo Cerón señaló: “me parece acertado porque nosotros hemos pedido en este caso que se hagan el máximo de gestiones de tipo ambientales, por lo tanto, que se hiciera un estudio de impacto ambiental y no solamente una declaración de impacto ambiental”.
Otro de los que argumento como positiva esta medida de la COREMA fue el concejal Alvaro Berger quien respondió: “en lo personal me parece un rechazo responsable respecto que aquí no se ha hecho el estudio de impacto ambiental. Antes que se realice la reunión con la Corema, nosotros estuvimos conversando con el Intendente y coincidíamos que era un tema que había que tratarlo con mayor profundidad, pero por sobre todas las cosas con mayor responsabilidad”.
De este modo, se espera que prime el bienestar de los actuales residentes de la Comuna de Puerto Varas, por sobre, el afán de hacer crecer cuantitativamente la ciudad lacustre, perdiendo algo que sólo en escasas ciudades existe: “ calidad de vida”.
Editorial, CrónicaLibre